miércoles, 6 de noviembre de 2002

Celibato

Se dice que la Santa Sede desaconsejará la inscripción en los seminarios de candidatos a sacerdotes con “tendencias homosexuales” (MURAL, 6/11/02). Estas nuevas reglas y declaraciones del Vaticano son insuficientes cuando siguen reclutando niños para sus seminarios.

Los menores de edad tienen ahora, gracias a los acuerdos internacionales, derechos humanos vigentes que los protegen. Por lo tanto, en nuestra patria, es la Secretaría de Gobernación la que debe reglamentar el ingreso al internado en los seminarios. ¿Cómo puede un niño comprometerse para toda la vida en un celibato obligado, no opcional? ¿No es esta la primera forma de alterar el orden natural de las cosas y de manipular la mente de los infantes?

El artículo menciona que “Juan Pablo II volvió a criticar días atrás el abuso de menores en la penumbra de las sacristías”. ¿No sigue estando ausente el criterio teológico y práctico de la mujer en la Iglesia para iluminar las penumbras? ¿No es Dios es Padre y Madre?

Por último, que se ganan con darle tanto énfasis al celibato sacerdotal en demérito del sacramento del matrimonio. Como si fuera uno mejor que el otro. En todo caso, un sacerdote que opta por el matrimonio recibe los dos sacramentos y son para toda la vida. Esto sí que es valioso y congruente para abatir el porcentaje de sodomía de los sacerdotes católicos que se estima entre 15 y 18 por ciento, según la misma fuente. La Historia no gusta de repeticiones.

Juandiegouribe
Publicado en Cartas a Mural
6 de Noviembre del 2002
Guadalajara, Jalisco, México

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