viernes, 12 de diciembre de 2003

Siempre he pensado que McDonald's

“Siempre he pensado que McDonald´s merece un trato más justo en la conciencia nacional mexicana” Dice el periodista Carlos Mota en su Cubículo Estratégico (Público, 5 de diciembre del 2003). También afirma categóricamente que “Los dimes y diretes de que es sujeta reflejan la ignorancia histórica de ciertos individuos que la usan de bandera para defender causas estúpidas.

Este nuevo caudillo “mexicano” seguramente pretende recetarnos para la dieta de todos los mexicanos y mexicanas, chiquillos y chiquillas una festín envenenado con el sabor resultante de la combinación de azúcar con sal; aderezo indispensable de estos productos. Una textura blandita para que, sin masticarlas, podamos tragarlas. Nada mejor que incorporar esta campaña publicitaria en los libros escolares, para romper con la tradición lenta y tediosa de nuestros viejos, mal olientes e insalubres hábitos alimenticios.

Ya lograron convencernos nuestros primos del norte que las yemas de huevo son fatales porque contienen colesterol. Las hemos sustituido ya, con zucaritas y cocacolas. Se le olvido a Don Carlos mencionarnos el colesterol de estos productos que tanto nos recomienda, pero sobretodo, la gordura que producen.

Le prometo don Carlos, no volver a ir a las tortas del Santuario ni a la birria de Cocula, mucho menos, masticar un elotito tierno y calientito; no vaya a ser que también me toque de la lluvia de sus improperios por oponerme al imparable “progreso”, que nos ilumina de la “ignorancia histórica”. Cuente conmigo para sumarme a esta noble causa promovida y financiada por el gobierno del país vecino.

Juandiegouribe
Publicado en Correo Público
12 de Diciembre del 2003
Guadalajara, Jalisco, México

viernes, 1 de agosto de 2003

Para el mal, un mezcal

Entre las definiciones de genéricos y similares para la “salud” olvidamos la importancia de la prevención de las enfermedades. ¡Levantemos la copa de vino y digamos salud! ¡Dejémonos de pastillas!

“Para todo mal un mezcal y, para todo bien, también”. El estrés nos enferma y mata. Se agotaron las energías. La pérdida de glucógeno, glucosa almacenada en el interior de nuestras células da origen al infarto y a las diversas enfermedades. Sin energía no hay vida. El alcohol instantáneamente nos da energía (adenosintrifosfato y glucógeno) y, por consiguiente, nos relaja. ¡Hay que festejar la vida, la salud y hasta la enfermedad! Motivos sobran.

Los europeos consumen vino de mesa y nuestros antepasados bebieron pulque. Otras culturas se mantienen sanas y longevas con vodka, ron, ginebra, oporto, etcétera. El secreto es la moderación en la cantidad (el exceso deprime) y no en la frecuencia. Todos los días para poder soportar a nuestros “ilustres” políticos. El éxito de las terapias alternativas, se debe en gran parte, a que usan alcohol en sus remedios. Muchos los consideran placebos, pero se les olvida que azúcar y alcohol son hidratos de carbono. Un “chochito” produce suficiente energía en un determinado momento, para sentirse aliviado y relajado, evitando así, los daños del estrés. Con tantos avances científicos y tantas especialidades médicas, de suyo muy valiosas; se nos olvida que nuestro organismo no tiene partes aisladas, que somos una unidad organizada y, que se requiere energía, para funcionar correctamente. No se puede realizar ninguna actividad si no tenemos combustible. Por eso, las medicinas químicas son fatales en una persona agotada.

A Dios rogándole salud levantando la copa de vino y comiéndonos un taquito calientito de frijolitos, a tiempo y bien masticaditos. “Primero beber y comer que ser cristianos”, “Vino, mujeres y canto”, ¡Buen provecho!


Juandiegouribe
Publicado en Correo Público
1 de agosto de 2003

Guadalajara, Jalisco, México.

viernes, 23 de mayo de 2003

Chapo

El Chapo Guzmán sigue siendo el rey del escapismo. No se estaciona en ninguna parte. Ni en el Penal, mucho menos en un incomodo “cajón” de un estacionamiento público. Es muy difícil creer que lo trataron de matar en el aeropuerto de esta ciudad y, en su lugar, mataron al cardenal Posadas (de medidas corpóreas y vestidura impresionantes) por un error de los asesinos “novatos” que lo confundieron con un chaparrito súper escoltado y, todavía más increíble resulta, que no recapacitaran con la encomienda, puesto que a unos metros más, estaba la víctima deseada. El Cardenal no murió en fuego cruzado. Fue acribillado en forma directa, sin que le dieran el “clásico” tiro de gracia. Huyeron con todas las facilidades a pesar de su “torpeza” mental.

Recordemos que los asesinatos en serie y en serio entre los narcos, se dan en las avenidas y calles de la ciudad; en bares, restaurantes y otros lugares públicos, donde siempre logran escapar. No fallan. Pero difícilmente se da en espacios federales, como es el caso del aeropuerto, que curiosamente, tiene su grado de dificultad para el rápido escape de los asesinos. Por carretera hay un solo ingreso y una sola salida, con vigilancia permanente de la policía federal de caminos. Es una larga “U” con espacios abiertos.

Los asesinos “novatos no disparan de mutuo propio, sólo cuando el “jefe del grupo” les da la orden. No saben a quien van a matar, ya que podrían filtrar la información; la víctima, se les señala en el momento preciso. Y, de cualquier forma, porque razón no los agarraron. ¿El que se hayan confundido los asesinos, los libera automáticamente de la prisión? ¿Cómo es que están tan seguros de que fue una simple confusión, sino han declarado todos los asesinos? ¿Por qué escogieron el aeropuerto? Porque es territorio federal y tienen el control desde la ciudad de México. Carpizo lo sabe. Su precipitada y fallida teoría del “nintendo” nos ofende. Su agilidad mental lo traicionó. Nos subestimó.

“Los federales son intocables”. Este es el infierno en que vivimos los provincianos, atizado por el fuego del diablo que dejó en libertad, por ordenes presidenciales, a los supuestos asesinos. Total: el Chapo sigue siendo el rey del escapismo y, los jalisquillos..., se los dejo de tarea.


Juandiegouribe
Publicado en Cartas a Mural
23 de Mayo del 2003
Guadalajara, Jalisco, México.

domingo, 23 de febrero de 2003

Suicidio

Con relación a la tasa de suicidios que se duplicó en doce años (Público, 23 de febrero del 2003), vale la pena analizar las causas que originan este doloroso desenlace que por ser hipercomplejo las explicaciones son insuficientes.

Sin embargo, podría estar ligado a la dualidad Euforia–Depresión y, en gran parte, al añejo divorcio entre sociedad civil y autoridades sanitarias y educativas. No se conoce el Programa Nacional de Salud en dónde se hace énfasis en la ciudadanización de la salud. En los libros de texto obligatorio no se habla de medidas preventivas sobre la salud. Es insuficiente vacunar. La costosa solución de donar órganos es insuficiente y, hemos visto ya, sus consecuencias. No basta luchar contra la muerte en un hospital. ¿Qué hacemos para evitar los infartos y la diabetes que son las principales causas de los fallecimientos en México? ¡Se incrementan en progresión geométrica al igual que los suicidios!

El exceso de sal nos agota y mata. ¿Cuánto sodio debe comer una persona al año para mantenerse sana? Basta un kilo de sal al año; significa un requerimiento de tres gramos diarios; estamos consumiendo ocho kilos al año por persona sin darnos cuenta. Esta exquisita droga de sabor es aprovechada por la publicidad aplastante de las papitas que nos reta diciendo: “A que no puedes comer sólo una”.

Por otro lado, el azúcar enloquece, la adrenalina fluye a raudales, sin control alguno. Es un latigazo de energía; nos lleva a la euforia y en pocos minutos nos deprime: De inmediato necesitamos, urgentemente. más dulce. Nos volvemos agresivos, caprichudos e hipersensibles. Consumimos más de cien kilos al año, por persona, cuando bastarían diez kilos. ¿Cuánta azúcar hay en un refresco? Somos campeones mundiales en su consumo. Los fabricantes se la ingenian para vendernos más en forma invisible. El contenido dulce de la salsa “catsup” es de 27%. Nuestros hábitos alimenticios se han modificado radicalmente, gracias a la publicidad. Recordemos que “el pez por la boca muere”. Nuestra sociedad endiosada con la industrialización, no se da cuenta del “festín envenenado” que se le oferta, con repercusiones directas a los costos sanitarios.

Pro Vida, calla ante la epidemia de suicidios, porque no hay una mujer a quien culpar y castigar (¿Pro Muerte?). Vamos México, reparte dinero para que los “jodidos” compren más “mugritos” y perdemos todos, la valiosa oportunidad de organizar a la sociedad civil para mejorar sus hábitos alimenticios. Olvidamos que un peso invertido en salud preventiva, ahorraría miles de pesos en salud correctiva; pero sobre todo, abate el drama del suicidio y la desnutrición de la mayoría.

Aprovechemos los premios y descuentos de los refrescos, que contienen el 20% de dulce, mientras... un niño más se suicida, víctima de nuestra “cultura” consumista.

Juandiegouribe
Publicado en Correo Público
23 de febrero del 2003
Guadalajara, Jalisco, México.