El Chapo Guzmán sigue siendo el rey del escapismo. No se estaciona en ninguna parte. Ni en el Penal, mucho menos en un incomodo “cajón” de un estacionamiento público. Es muy difícil creer que lo trataron de matar en el aeropuerto de esta ciudad y, en su lugar, mataron al cardenal Posadas (de medidas corpóreas y vestidura impresionantes) por un error de los asesinos “novatos” que lo confundieron con un chaparrito súper escoltado y, todavía más increíble resulta, que no recapacitaran con la encomienda, puesto que a unos metros más, estaba la víctima deseada. El Cardenal no murió en fuego cruzado. Fue acribillado en forma directa, sin que le dieran el “clásico” tiro de gracia. Huyeron con todas las facilidades a pesar de su “torpeza” mental.
Recordemos que los asesinatos en serie y en serio entre los narcos, se dan en las avenidas y calles de la ciudad; en bares, restaurantes y otros lugares públicos, donde siempre logran escapar. No fallan. Pero difícilmente se da en espacios federales, como es el caso del aeropuerto, que curiosamente, tiene su grado de dificultad para el rápido escape de los asesinos. Por carretera hay un solo ingreso y una sola salida, con vigilancia permanente de la policía federal de caminos. Es una larga “U” con espacios abiertos.
Los asesinos “novatos no disparan de mutuo propio, sólo cuando el “jefe del grupo” les da la orden. No saben a quien van a matar, ya que podrían filtrar la información; la víctima, se les señala en el momento preciso. Y, de cualquier forma, porque razón no los agarraron. ¿El que se hayan confundido los asesinos, los libera automáticamente de la prisión? ¿Cómo es que están tan seguros de que fue una simple confusión, sino han declarado todos los asesinos? ¿Por qué escogieron el aeropuerto? Porque es territorio federal y tienen el control desde la ciudad de México. Carpizo lo sabe. Su precipitada y fallida teoría del “nintendo” nos ofende. Su agilidad mental lo traicionó. Nos subestimó.
“Los federales son intocables”. Este es el infierno en que vivimos los provincianos, atizado por el fuego del diablo que dejó en libertad, por ordenes presidenciales, a los supuestos asesinos. Total: el Chapo sigue siendo el rey del escapismo y, los jalisquillos..., se los dejo de tarea.
Recordemos que los asesinatos en serie y en serio entre los narcos, se dan en las avenidas y calles de la ciudad; en bares, restaurantes y otros lugares públicos, donde siempre logran escapar. No fallan. Pero difícilmente se da en espacios federales, como es el caso del aeropuerto, que curiosamente, tiene su grado de dificultad para el rápido escape de los asesinos. Por carretera hay un solo ingreso y una sola salida, con vigilancia permanente de la policía federal de caminos. Es una larga “U” con espacios abiertos.
Los asesinos “novatos no disparan de mutuo propio, sólo cuando el “jefe del grupo” les da la orden. No saben a quien van a matar, ya que podrían filtrar la información; la víctima, se les señala en el momento preciso. Y, de cualquier forma, porque razón no los agarraron. ¿El que se hayan confundido los asesinos, los libera automáticamente de la prisión? ¿Cómo es que están tan seguros de que fue una simple confusión, sino han declarado todos los asesinos? ¿Por qué escogieron el aeropuerto? Porque es territorio federal y tienen el control desde la ciudad de México. Carpizo lo sabe. Su precipitada y fallida teoría del “nintendo” nos ofende. Su agilidad mental lo traicionó. Nos subestimó.
“Los federales son intocables”. Este es el infierno en que vivimos los provincianos, atizado por el fuego del diablo que dejó en libertad, por ordenes presidenciales, a los supuestos asesinos. Total: el Chapo sigue siendo el rey del escapismo y, los jalisquillos..., se los dejo de tarea.
Juandiegouribe
Publicado en Cartas a Mural
23 de Mayo del 2003
Guadalajara, Jalisco, México.
Publicado en Cartas a Mural
23 de Mayo del 2003
Guadalajara, Jalisco, México.
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