Para todos nuestros políticos debemos aplicarles “la prueba del gato”. Se trata de observar el comportamiento del animal (me refiero al gato) cuando se le acercan a él. Si el gatito, al ver al político huye espantado, podemos afirmar que estamos delante de un “perro”. Pero si el gatito, por el contrario, se le abalanza al político, podemos concluir que estamos en presencia de una “rata” y, si recula paralizado, entonces estamos frente a un desalmado (cruel e inhumano porque se le partió el alma en los juegos de azar).
Esta misma prueba en presencia de Habas y cual suele provocarle abundante vómito y diarrea sanguinolenta y mortal. ¡Pobre gato!
Esta misma prueba en presencia de Habas y cual suele provocarle abundante vómito y diarrea sanguinolenta y mortal. ¡Pobre gato!
Juandiegouribe
15 de marzo del 2007
Guadalajara, Jalisco, México
15 de marzo del 2007
Guadalajara, Jalisco, México
No hay comentarios:
Publicar un comentario